Alimentos transgénicos son los organismos modificados genéticamente. Son fabricados en laboratorio para introducir en un ser vivo, genes que no corresponden a su especie.
Hoy en día son cultivadas semillas transgénicas como soja, maíz y algodón, también organismos vivos como plantas, animales y otros.
Estas semillas se manipulan para que sean resistentes a algunos herbicidas químicos, para que segreguen la toxina llamada Bacillus Thuringiensis, contra el gusano en el algodón y maíz, que se resiste a esta toxina.
Estas empresas o multinacionales que comercializan y producen estos transgénicos, los dan como una solución al hambre del mundo. Sin embargo esta hambre es debido a que los campesinos no tienen acceso a recursos productivos como el agua, la tierra, las semillas y otros medios de producción, o debido al robo o expropiación que hacen estas empresas.
Esta tecnología de alimentos transgénicos, se encauza a que haya un aumento de la productividad.
Los transgénicos prometen resolver: crecimiento de plagas, abuso de agroquímicos, resistencia a los productos que combaten las plagas, pérdida de fertilidad de la tierra, aumento de la contaminación de aguas y suelos, menores rendimientos de los cultivos, siendo todo esto algo que producen en vez de resolver.
Los transgénicos se dividen en dos grupos:
1º Resistentes a herbicida glifosato (pesticida más potente del mercado).
Las plantas resistentes a este herbicida, además de tener riesgo para la salud humana, posee grandes cantidades de herbicida y se ha demostrado que perjudica al ser humano de muchas formas como:
– Provocando malformaciones congénitas o abortos.
– Cáncer.
Además las plantas que se resisten a este herbicida, y que aún resistiéndolo, su desarrollo es mínimo ya que los nutrientes que absorben del suelo y la fotosíntesis, es casi nula.
La soja transgénica se relaciona con la alta mortalidad infantil, bebes que nacen de bajo peso, con esterilidad y malformaciones congénitas.
2º Tolerantes a insectos (desarrollan características genéticas insecticidas).
Desarrollan una planta con un gen tóxico, insecticida en la que ni las hormigas se acercan, es la toxina Bacillus Thuringiensis y produce una serie de proteínas que les agujeran el tubo digestivo a las larvas, en especial las del maíz. Los gusanos u hormigas no se las comen ya que mueren inmediatamente, pero ellos esperan que tú te lo comas de a poco, dosis a dosis y que se acumulen los efectos en tu cuerpo.
Efectos que produce:
– Destruye los glóbulos rojos.
– Causan daño en tejidos y degeneración orgánica.
– Perturban la coagulación.
Además otro dato importante:
Estos pesticidas matan las abejas que son grandes polinizadoras de las cosechas, les producen interferencia en sus sistemas de comunicación y orientación.